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Reseñas Recientes
Un oasis natural en medio de la ciudad, que ofrece comida variada con una excelente relación calidad/precio y que brinda un espacio para disfrutar de la naturaleza con comodidad y seguridad. Adecuado para asistir en familia y con una atención cálida y amena. El único pero que se presenta es en la vía de acceso ya que no se halla en muy buen estado y es bastante estrecha para la afluencia de comensales en horas pico.
Un lugar muy bonito, como dice su nombre, está al fondo del Cañón del Chiche, cerrado entre dos acantilados. Un ambiente bastante acogedor al estilo hacienda con caballos y vacas. La atención muy buena, preocupados por la satisfacción de los clientes. La comida excelente, muy rica y bien presentada. Un lugar para la familia, o una cena romántica. Muy recomendable.
Buena atención, se recomienda hacer una reserva. Un poco limitado el tema de poder escoger solo 1 plato fuerte y no poder consumir más. Teníamos la ilusión de poder probar los huevos benedictinos y nos dijeron que ya no había; y también pedimos un café adicional y nos dijeron que igual ya no tenían. La comida estuvo bien: yogurt con fruta, ceviche, tigrillo, tostada francesa y bebidas. La mejor recomendación es ir con ropa que cubra todo el cuerpo y llevar mucho repelente, hay muchísimos mosquitos. Se puede tomar en cuenta que el camino no es adoquinado ni pavimentado.