Lugar elegante! Buena atención, si no se hace reserva si se puede ingresar igual si hay disponibilidad!
Pero se sugiere reservar ! Y si no fumas , hacerlo lejos del área de fumadores, ya que el viento ingresa el humo al área de fumadores y no se permite cerrar la puerta!
Carlos Alberto Yepez Revelo
+5
EXCELENTE CAFÉ, MUY ELEGANTE, ACOGEDOR, LA ATENCIÓN ES MUY ESMERADA,NOS SENTIMOS MIMADOS, POR TAN EXCELENTE AMABILIDAD, ATENCIÓN ESPECIAL DE DON JUAN MANUEL, ASÍ COMO TAMBIÉN DE MARÍA BELÉN, SU PROPIETARIA, Y DE LOS DELICIOSOS PLATILLOS,NI HABLAR, SIMPLEMENTE, ES LO MÁXIMO, RECOMENDABLE,
De las cafeterías más lindas a las que he ido, su ambiente te transporta al pasado. La atención es 11/10, son excelentes. La comida es deliciosa, el café me encanto! Todo esto impecable, lo que mejor destaca del lugar es la atención de su personal, pero en realidad absolutamente es bueno.
Hernan Jacome Mostpato
+5
Un lugar único en Quito la comida y los cócteles espectaculares, el ambiente a media luz lo hace muy romántico y delicado 100% recomendado
El lugar es excelente, la atención es de primera desde que entras a la cafetería, que en una primera impresión parece una casa museo de la era del Renacimiento.
Música relajante, desde piano hasta bossa nova.
Estuve en el balcón, súper agradable. Me puse cerca del calefactor, pero olía mucho a gas, fue lo único incómodo. Detallé el problema y enseguida solucionaron, con la mejor actitud. De todas formas, me cambié de puesto, por si acaso, jeje.
El café a la antigua estuvo en su punto y el crepe de manzana con caramelo, ideal. Al final, me dieron un coctelillo de cortesía.
Es un espacio ideal para parejas y personas en general que quieran estar en un lugar cómodo, sobrio y relajante.
Buena relación calidad/precio.
Excelente ubicación. Tiene parqueadero justo al frente; el guardia te acompaña a estacionarte; él vigila los carros de los comensales.
De seguro volvería y lo recomiendo. 💖
Uno jamás olvida su primera experiencia en el café Omi. El llegar pensando que es una cafetería común y que lo reciban a uno como en el restaurante francés más fino es sorprendente. La primera gran impresión se la lleva uno con la amabilidad de su personal, que lo tratan a uno como el más distinguido comensal. Luego el ambiente, que encantó! Decorado de manera da la impresión de haber vuelto en el tiempo. El café, la comida y los cócteles son deliciosos, a un precio justo y de gran presentación. Puedo decir sin temor a equivocarme que el café Omi se ha vuelto de mis lugares favoritos de la ciudad
El lugar muy bonito, la atención también todo fue de lo mejor
Jefferson un Ecuatoriano en Canadá
+5
Gran lugar, personal muy amable
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