Comida tradicional hogareña guayaquilena Desde mi arribo al local, cuentan con parqueo privado, el cual no tiene costó alguno por 3 horas para los clientes de los restaurantes ubicados en el centro comercial olimpico. Una vez dentro del local, se siente mucho la calidez de un restaurante que se nota ha invertido mucho en la idea de revalorizar el concepto de "comida hogareña" que en muchos casos (incluyéndome) se ha perdido por diferentes motivos que no viene al caso mencionar, pero si, esa es la idea. Pedí una badeja "la cholita" mini, de la cual tranquilamente pueden comer 2 personas, compuesto de: una carne en palito (la sabana), una porción de longaniza, una porción de costillas y 3 guarniciones, si 3! Que son moro de lenteja (sin crema de leche), ensalada fresca y papas y yuca frita con una salsa de maní sobre las mismas. Muy rico, todos las carnes adobadas con un aliño casero (nada de sazonadores industrializados), y la composición del plato cumplió la misión del restaurante, que es hacerme revivir esas cenas en las que toda la familia se sentaba en la mesa y compartía un momento ameno, lleno de muchas anécdotas e historias que contar. Tuve la oportunidad de cerrar la cena con una bebida caliente, en este caso, chocolate de bola, los dejaré con las ganas de probar para que entiendan mucho sobre esta preparación que es de al menos un par de generaciones, cuando la gente tostaba su cacao... El reste de la historia se la puede contar chechi si la ven en el salón caminando preocupada por sus comensales para que se lleven la mejor impresión del restaurante. Quedó en pendiente "la botilla", eso para una próxima publicacion.

Qué comida tan rica!!! La atención de primera. Calidad y calidez en el mismo lugar.